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Las elecciones, siempre han puesto a prueba al mundo político, a sus Partidos y también las eventuales alianzas que surgen en la disputa por el poder.
El cuestionamiento ciudadano se manifiesta, con mucha fuerza, en las encuestas serias, que sobre esta materia se han realizado, de cara a los procesos electorales que vienen en camino. Se expresa aquí, una profunda desconfianza y una fuerte crítica hacia los Partidos políticos, de sus alianzas y de sus actores, en particular, situándolos, en el fondo de las preferencias ciudadanas.
Este preocupante dato parece no haber llamado la atención en el ámbito político, ya que no se han escuchado voces de autocrítica o de defensa frente a este desprecio que cada día se manifiesta por la política, principal insumo que sostiene la Democracia, la cual representa, en su esencia, el gobierno del ciudadano y del pueblo organizado. Cualquier señal como la que se manifiesta en los indicadores de las encuestas debemos entenderla como una mirada y una búsqueda del autoritarismo, primer paso para desembocar en la dictadura. Los cuestionamientos, desconfianzas y desprecio por el accionar de la política, surgen a causa de los recurrentes actos de corrupción, a la incapacidad de dialogar y buscar acuerdos, a la pobreza de ideas para resolver los problemas, a la falta de generosidad, y a la búsqueda del poder guiado por intereses personales más que colectivos. Tal vez la única reacción más visible de militantes políticos ha sido la rápida salida de sus Partidos, para declararse Independientes y así borrar su huella política ante los molestos y enojados ciudadanos; otros han tomado posiciones más avanzadas, renunciando a su Partido para militar en otra "tienda" que tenga una "mayor cobertura"; también algunos, más osados, se han ido para fundar un nuevo partido, y así manejarlo de acuerdo a sus propios intereses. Creo que ninguna de las acciones señaladas ayudan a cambiar la percepción de la política y su quehacer, por el contrario, tienden a profundizar el descontento. Los ciudadanos esperan cuestiones muy concretas que se deben plantear y resolver a través de políticas públicas, tales como, la seguridad, la construcción de viviendas, la educación y el acceso a la salud, entre muchísimas otras. Mejorar la calidad de la política, también conlleva buscar un nuevo perfil de sus actores, quienes deben demostrar capacidades, habilidades y conocimientos que estén a la altura de los nuevos requerimientos. Estos estándares sólo lo pueden garantizar los partidos y las alianzas, comprometiéndose de cara a la ciudadanía a trabajar, de verdad y sin descanso, por el desarrollo local y del país, abandonando las disputas ideológicas y de intereses mezquinos. El ciudadano común, informado y molesto con el mundo político, espera un cambio, oportunidad, que no debería desecharse.
Mario Morales Burgos
Profesor
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