Responsabilidad del ser social

Alejandro Mege Valdebenito.

por Alejandro Mege Valdebenito. 08 Mayo 2024

"Si cada uno barriera delante de su puerta, ¡qué limpia estaría la ciudad!

Proverbio ruso.

Frente a un problema que les afectaba un grupo de personas acordaron dirigirse, a través de uno de sus asesores, a la autoridad del nivel central solicitando su intervención para que lo resolviera y el asesor, con experiencia y en conocimiento del caso, frente a lo solicitado, les expresó: "Cada vez que hay situaciones como ésta hay personas que se quejan a la autoridad y le piden que se haga cargo y lo resuelva y yo les pregunto a ustedes, frente a hechos como el que reclaman, aparte de quejarse: ¿Qué es lo que han hecho al respecto? Cómo personas o como organización que vive la situación, ¿han asumido acaso la tarea y la responsabilidad que les compete para contribuir a resolverla?

Situaciones como la comentada resultan de común y habitual ocurrencia y si bien es cierto que existen algunos hechos sociales que solo es posible que sea la autoridad, del nivel que corresponda, por tener la facultad legal y los medios para hacerlo, quien pueda resolverla, existen numerosas situaciones que pueden ser directamente abordadas, asumidas y resueltas por las personas y la sociedad civil sin que sea necesario recurrir siempre a la autoridad, asumiendo la propia responsabilidad de manera individual o colectiva y actuar en consecuencia de acuerdo con las normas y procedimientos que la sociedad ha reconocido como legítimas.

Cada uno de nosotros, cuando reconocemos pertenecer a una comunidad y tomamos conciencia de compartir con otros la vida en sociedad, debemos asumir la responsabilidad del ejercicio de nuestros deberes y derechos para hacer de la vida en común un mejor lugar para convivir y donde todos debemos preocuparnos de contribuir a resolver las situaciones que nos afectan sin esperar siempre que sean solo las autoridades quienes busquen las solucionen, más cuando solemos ser las mismas personas que hacemos el reclamo quienes, directa o indirectamente, ya sea por acción u omisión, provocamos las dificultades que nos aquejan y que elevamos a la autoridad para que se haga cargo

Sin embargo, no es menos cierto que en una sociedad tan individualista como ha llegado a ser la nuestra, donde cada uno defiende solo lo que es suyo -el otro nos es ajeno- no es fácil lograr consenso para actuar en conjunto frente a situaciones que deberían ser de común preocupación y quien lo hace de mutuo propio corre el riesgo de encontrarse solo frente a la anomía, la indiferencia, la conveniencia o el amiguismo que se abstiene o defiende tal o cual situación siempre y cuando no comprometa su zona de confort y pueda observar pasivamente, sin inmiscuirse en una situación que decide, deben resolver otros.

Cada vez que el padre le pide a su hijo que debe ser responsable en todos los actos de su vida, le está comunicando un mensaje que la sociedad debe enfatizar y no solamente ser responsable con los demás sino que también consigo mismo, responsabilidad ésta que se manifiesta y se hace efectiva en nuestra diaria interrelación con otros.

Si cumplimos con nuestros compromisos y deberes para con la sociedad de que formamos parte y nos hacemos cargo de nuestra responsabilidad social, en la función y el lugar que nos corresponda, se resolvería gran parte de los problemas que vivimos, sin tener que endosarle esa tarea solo a la autoridad.

Alejandro Mege Valdebenito.